La orina es un líquido acuoso transparente y amarillento, de olor característico (sui géneris), secretado por los riñones y eliminado al exterior por el aparato urinario. En los laboratorios clínicos se abrevia u o uri (del latín urinam).
Después de la producción de orina por los riñones, esta recorre los uréteres hasta la vejiga urinaria donde se almacena y después es expulsada al exterior del cuerpo a través de la uretra, mediante la micción.
Funciones de la orina
Las funciones de la orina influyen en la homeostasis como son:
Eliminación de sustancias tóxicas producidas por el metabolismo celular como la urea.
Eliminación de sustancias tóxicas como la ingesta de drogas.
El control electrolítico, regulando la excreción de sodio y potasio principalmente.
Regulación hídrica o de la volemia, para el control de la tensión arterial.
Control del equilibrio ácido-base.
Composición de la orina
En los seres humanos la orina normal suele ser un líquido transparente o amarillento. Se eliminan aproximadamente 1,4 litros de orina al día. La orina normal contiene un 96% de agua, un 4% de sólidos en solución y aproximadamente 20 g de urea por litro. Cerca de la mitad de los sólidos son urea, el principal producto de degradación del metabolismo de las proteínas. El resto incluye nitrógeno, cloruros, cetosteroides, fósforo, amonio, creatinina y ácido úrico.
Composición de la orina en mg/100 ml de fluido - Urea: 2.0 - Ácido úrico: 0.05 - Sales inorgánicas: 1.50
La orina puede ayudar al diagnóstico de varias enfermedades mediante el análisis de orina o el urocultivo.
Contenidos anormales de la orina
Los cristales de urato de amonio son anormales solo si se encuentran en orinas recién emitidas.
Glucosuria: Es la presencia de glucosa en la orina y aparece sobre todo en la diabetes mellitus.
Hematuria: Es la presencia de sangre en la orina, debiendo descartarse: infección urinaria, litiasis urinaria, glomerulonefritis, neoplasia (cáncer de vejiga, uréter, riñón, próstata, etc.)
Bacteriuria: Es la presencia de bacterias en la orina, cuando normalmente es estéril.
Piuria: Es la presencia de pus en la orina.
Proteinuria: Es la presencia de proteínas en la orina como suele observarse en: glomerulonefritis, infección urinaria, intoxicaciones, diabetes, etc.
Producción de la orina
Se divide en los siguientes pasos:
1. Filtración: Tiene lugar en una de las múltiples nefronas que hay en los riñones, concretamente en los glomérulos.
La sangre, al llegar a las nefronas, es sometida a gran presión
extrayendo de ella agua, glucosa, aminoácidos, sodio, potasio, cloruros,
urea y otras sales. Esto equivale a, aproximadamente, el 20% del
volumen plasmático que llega a esa nefrona, es aproximadamente 180
litros/día, que es 4,5 veces la cantidad total de líquidos del cuerpo,
por lo que no se puede permitir la pérdida de todos estos líquidos, pues
en cuestión de minutos el individuo acusaría una deshidratación grave.
2. Reabsorción: Cuando este filtrado rico en sustancias necesarias
para el cuerpo pasa al túbulo contorneado proximal, es sometido a una
reabsorción de glucosa, aminoácidos, sodio, cloruro, potasio y otras
sustancias. Esta equivale, aproximadamente, al 65% del filtrado. Aunque
la mayor parte se absorbe en el túbulo contorneado proximal, este
proceso continúa en el asa de Henle
y en el túbulo contorneado distal para las sustancias de reabsorción
más difícil. Los túbulos son impermeables al filtrado de la urea.
3. Secreción: En el túbulo contorneado distal ciertas sustancias,
como la penicilina, el potasio e hidrógeno, son excretadas hacia la
orina en formación. Después el cerebro manda una señal para cuando esté
lista la orina.
Términos relacionados
Anuria, falta de producción de orina.
Oliguria, disminución del volumen de orina por debajo del normal (1,4 l/dia).
Retención urinaria, imposibilidad de eliminación de la orina acumulada en la vejiga urinaria.
Usos
La orina como fertilizante contiene nutrientes útiles para las plantas como grandes cantidades de nitrógeno en forma de urea y una pequeña cantidad en forma de ácido úrico. También contiene potasio además de otros nutrientes necesarios en menor cantidad como el magnesio y el calcio todos ellos de asimilación rápida.
La orina por si sola no es una solución nutriente completa, por ejemplo para usar en hidroponía pues carece de fósforo, en caso de ser usada debería complementarse, por ejemplo, con guano.
Existe un tratamiento llamado orinoterapia
o uroterapia, la cual consiste en beber la orina de uno mismo para
sanar enfermedades, dicha terapia tiene resultados bastantes eficientes y
no carece de estudios ya que es de conocimiento global el tema de la
uroterapia, y se ha realizado desde hace varios siglos, existen
convenciones internacionales que difunden el tema ya que es algo no muy
aceptado por la industria farmacéutica, la uroterapia ha salvado mucha
gente pues se trata de una auto-vacuna elaborada por el mismo cuerpo.
La composición de la orina varía según la alimentación. La producida por animales herbívoros
suele ser más alcalina, contiene más potasio y menos nitrógeno y es la
más adecuada para usar como fertilizante. La de los humanos contiene más
sodio, que las plantas no necesitan en grandes cantidades por lo que
podría perjudicarlas. El nitrógeno se encuentra principalmente en forma
de urea, que se convierte bastante rápido en amoníaco. Si la concentración es excesiva puede perjudicar a las plantas. Los microorganismos del suelo convierten parte en nitratos y nitritos.
A pesar del asco que produce la orina es un líquido estéril como el semen o la sangre y contiene menos bacterias que la saliva o las heces
por lo que sólo en caso que el animal esté enfermo esta puede ser
fuente de enfermedades. Es posible almacenarla durante un tiempo para
que la subida del pH al formar amonio, mate los posibles patógenos.
Aunque al poco tiempo de ser expulsada la orina huele muy fuerte a
amoníaco, al utilizarla como abono en dosis adecuadas no debería oler.
Las plantas y los microorganismos lo deben absorber.
Ya en la antigüedad era costumbre utilizar la orina para lavarse los dientes. Este tipo de orinoterapia la observaron los romanos, por ejemplo, cuando conquistaron la península Ibérica entre los pueblos del norte (cántabros, galaicos, etc.). De hecho, la orina de Lusitania
llegó a convertirse en un bien muy preciado en la metrópoli romana, en
donde se comercializaba a buen precio, aunque esta se usaba
principalmente para blanquear la ropa.
Organos De Los Sentidos
Los cinco sentidos son: el oído, la vista, el
olfato, el gusto y el tacto.
3. El
oído
El oído es el responsable no
sólo de la audición, sino también del
equilibrio. Se encarga de captar las vibraciones y transformarlas
en impulsos nerviosos que llegarán al cerebro, donde
serán interpretadas.
El oído se divide en tres zonas: externa, media e
interna.
Oído Externo:
Es la parte del aparato auditivo que se encuentra en
posición al tímpano. Comprende el
pabellón auditivo (oreja) y el conducto auditivo externo
que mide tres centímetros de longitud. Posee pelos y
glándulas secretoras de cera. Su función es
canalizar y dirigir las ondas sonoras hacia el oído
medio.
Enfermedades del Oído Externo:
Ausencia del pabellón auditivo
(malformación congénita). Si estas estructuras
son anormales es posible realizar una cirugía
reconstructora de la cadena de huesillos y restablecer la
capacidad auditiva.
El otematoma (oído en forma de coliflor) es el
frecuente de daños que sufre el
cartílago cuando va acompañado de hemorragias
internas y producción excesiva de
cicatrizante.
Inflamación del oído externo: que puede
aparecer como consecuencia de cualquier enfermedad que produzca
inflamación en la piel
(dermatitis, quemaduras, congelaciones, etc.)
La presencia de cuerpos extraños en el canal
auditivo externo (algodón, insectos, cerumen, etc.),
pueden producir alteraciones auditivas y deben ser
extraídas con sumo cuidado.
Oído Medio:
Se encuentra situado en la cavidad timpánica llamada caja
del tímpano, su cara externa está formada por el
tímpano que lo separa del oído externo. Es el
mecanismo responsable de a conducción de las ondas sonoras
hacia el oído interno. Es un conducto estrecho, que se
extiende unos 15 milímetros en un recorrido vertical y
otros 15 en un recorrido horizontal. El oído medio
está conectado directamente con la nariz y la garganta a
través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y
la del aire del
oído medio para equilibrar las diferencias de presión
entre éste y exterior. Está formado por tres
huesillos pequeños y móviles, que son el martillo,
el yunque y el estribo. Los tres conectan acústicamente el
tímpano con el oído interno, que contiene
líquido.
Enfermedades del Oído Medio:
Perforación del tímpano: lesiones
producidas por cualquier objeto afilado, por sonarse la nariz
con fuerza, al
recibir un golpe en el oído o por cambios bruscos en la
presión atmosférica.
La infección del oído medio: se conoce
como otitis media, son todas las infecciones del oído
por bacterias,
puede ser aguda o crónica. Puede producir sordera, al
adherirse tejidos al
tímpano que impiden su movimiento.
Si se produce dolor, se debe de realizar una
intervención quirúrgica para permitir el drenaje
del oído medio. Algunos niños
que padecen otitis aguda presentan dificultades para el
desarrollo
del lenguaje.
Otosclerosis: cuando se forma un hueso esponjoso
entre el estribo y la ventana oval. De esta manera el estribo
queda inmovilizado y no transmite información hacia el
oído interno, causando la pérdida de la capacidad
auditiva.
Oído Interno:
Se encuentra en el interior del hueso temporal que contiene los
órganos auditivos y del equilibrio, que están
inervados por los filamentos del nervio auditivo. Está
separado del oído medio por la ventana oval. Consiste en
una serie de canales membranosos alojados en la parte densa del
hueso temporal, se divide en: caracol, vestíbulo y tres
canales semicirculares, que se comunican entre si y contienen
endolinfa (fluido gelatinosos).
Enfermedades del Oído Interno:
Las enfermedades del oído interno pueden
afectar el equilibrio y producir síntomas de
mareos.
El vértigo: es consecuencia de lesiones
producidas en los canales semicirculares y produce
náuseas y pérdida de la capacidad
auditiva.
Destrucción traumática del
órgano de Corti: es responsable de la producción
de una sordera total. Se conocen aparatos que ayudan a
convertir las ondas sonoras en señales
eléctricas, produciendo la estimulación directa
del nervio auditivo. Sin embargo los sonidos son poco
definidos.
Capacidad Auditiva:
Las ondas sonoras, en realidad son cambios en la presión
del aire, y son transmitidas a través del canal auditivo
externo hacia el tímpano, en el cual se produce una
vibración. Estas vibraciones se comunican al oído
medio mediante la cadena de huesillos y, a través de la
ventana oval hasta el líquido del oído interno.
El rango de audición varía de una persona a otra.
El rango máximo de audición en el hombre
incluye frecuencias de sonido desde 16
hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor cambio de tono
que puede ser captado por el oído varía en
función del tono y del volumen.
La sensibilidad del oído a la intensidad del sonido
también varía con la frecuencia. La sensibilidad a
los cambios de volumen es mayor entre 1.000 y los 3.000 ciclos,
de manera que se pueden detectar cambios de un decibelio. Esta
sensibilidad es menor cuando se reducen los niveles de intensidad
de sonido.
Equilibrio:
Los canales semicirculares y el vestíbulo están
relacionados con el sentido del equilibrio. En estos canales hay
pelos que detectan los cambios de la posición de la
cabeza.
Los tres canales semicirculares se extienden desde el
vestíbulo formando ángulo más o menos rectos
entre si, lo cual permite que los órganos sensoriales
registren los movimientos que la cabeza realiza. Sobre las
células pilosas del vestíbulo se encuentran unos
cristales de carbonato de calcio, que cuando la cabeza
está inclina cambian de posición y los pelos que
están por abajo responden al cambio de presión. Es
posible que quienes padezcan de enfermedades del oído
interno no pueda mantenerse de pie con los ojos cerrados sin
tambalearse o caerse. 4. La vista
Aunque el ojo es denominado a menudo como el
órgano de la visión, en realidad el órgano
que efectúa el proceso de la
visión es el cerebro, la función del ojo es
traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un
determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al
cerebro a través del nervio óptico.
El globo ocular es una estructura
esférica de aproximadamente 2.5 centímetros de
diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie
anterior. La parte exterior se compone de tres capas de
tejido:
La capa más externa o esclerótica:
tiene una función protectora. Cubre unos cinco sextos de
la superficie ocular y se prolonga en la parte anterior con la
córnea transparente.
La capa media o úvea: tiene tres partes: la
coroides (vascularizada), el cuerpo ciliar (procesos
filiares) y el iris (parte frontal del ojo).
La capa interna o retina: es la sensible a la
luz.
La córnea es una membrana resistente compuesta
por cinco capas a través de la cual la luz penetra en el
interior del ojo. El iris es una estructura pigmentada suspendida
entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura
circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila
depende de una músculo que rodea sus bordes, aumentando o
disminuyendo la cantidad de luz que entra en el ojo
La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por
células nerviosas. Las células receptoras sensibles
a la luz se encuentran en la superficie exterior, tienen forma de
conos y bastones y están ordenados como los
fósforos de una caja. La retina se sitúa
detrás de la pupila. La retina tiene una pequeña
mancha de color amarillo
que se denomina mácula lútea, es su centro se
encuentra la fóvea central, que es la zona del ojo con
mayor agudeza visual.
El nervio óptico entre en el globo ocular por debajo y
algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central,
originando en la retina la pequeña mancha llamada disco
óptico. Esta estructura es el punto ciego del ojo, ya que
carece de células sensibles a la luz.
Funcionamiento del Ojo:
El enfoque del ojo se lleva a cabo debido a que la lente
del cristalino se aplana o redondea; este proceso se llama
acomodación. En un ojo normal no es necesaria la
acomodación para ver los objetos distantes, pues se
enfocan en la retina cuando la lente está aplanada gracias
al ligamento suspensorio. Para ver objetos más cercanos,
el músculo ciliar se contrae y por relajación del
ligamento suspensorio, la lente se redondea de forma
progresiva.
El mecanismo de la visión nocturna implica la
sensibilización de las células en forma de bastones
gracias a un pigmento, la púrpura visual, sintetizada en
su interior. Para la producción de este pigmento es
necesaria la vitamina A, y su deficiencia conduce a la ceguera
nocturna.
Cuando la luz intensa alcanza la retina, los gránulos de
pigmento marrón emigran a los espacios que rodean a estas
células, revistiéndolas y ocultándolas. De
este modo los ojos se adaptan a la luz.
Los movimientos del globo ocular hacia la derecha, izquierda,
arriba o abajo se llevan a cabo por los seis músculos
oculares que son muy precisos. Se estima que los ojos pueden
moverse para enfocar como mínimo cien mil puntos distintos
del campo visual.
Estructuras Protectoras:
Las más importantes son los párpados superior e
inferior. Estos son pliegues de piel y tejido glandular que se
cierran gracias a unos músculos y forman sobre el ojo una
cubierta protectora. Las pestañas (pelos cortos que crecen
en los bordes de los párpados), actúan como una
pantalla para mantener lejos del ojo partículas cuando
estos están abiertos.
Detrás de los párpados se encuentra la conjuntiva,
que es una membrana protectora fina que se pliega para cubrir la
zona de la esclerótica visible. Cada ojo cuenta
también con una glándula lagrimal, situada en la
esquina exterior. Estas glándulas segregan un
líquido salino que lubrica la parte delantera del ojo
cuando los párpados están cerrados y limpia la
superficie de las pequeñas partículas de
polvo.
Enfermedades de la visión:
Hemeralopia: está causada por una incipiente
opacidad en uno o más de los tejidos
oculares.
Ceguera para los colores: es un
defecto congénito de la retina, está relacionada
con el exceso del consumo de
drogas,
alcohol,
tabaco,
etc.
Miopía: el cristalino funciona bien, pero el
globo ocular es demasiado largo. La imagen de los
objetos alejados se forma delante de la retina.
Hipermetropía: el cristalino funciona bien,
pero el globo ocular es demasiado corto. La imagen de los
objetos cercanos se forma detrás de la
retina.
Diplopía, visión doble, estrabismo y
bizquera: son causados por debilidad o parálisis de los
músculos externos del globo ocular.
Astigmatismo: deformación de la córnea
o alteración de la curvatura de la lente ocular. Provoca
una visión distorsionada debido a la imposibilidad de
que converjan los rayos luminosos en un solo punto de la
retina.
Ceguera: puede ser causada por la presión del
nervio óptico. También por la separación
de la retina desde el interior del globo ocular.
La conjuntivitis: produce enrojecimiento,
inflamación, molestias y constante lagrimeo. Durante el
sueño, se produce una secreción de pus que al
secarse, hace que las pestañas se peguen entre
sí. La prevención de ésta enfermedad se
logra mediante la práctica de medidas higiénicas
como lavarse regularmente bien los ojos, usar toallas limpias,
no frotar los ojos con las manos sucias, aplicar sólo
los medicamentos (colirios o cremas) recetados por el
médico.
5. El olfato
Este sentido permite percibir los olores. La nariz,
equipada con nervios olfativos, es el principal órgano del
olfato. Los nervios olfativos son también importantes para
diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro
de la boca, es decir, muchas sensaciones que se perciben como
sensaciones gustativas, tienen su origen en el sentido del
olfato. También es importante decir que la percepción
de los olores está muy relacionada con la memoria,
determinado aroma es capaz de evocar situaciones de la infancia,
lugares visitados o personas queridas.
La nariz:
Forma parte del sentido del olfato, del aparato
respiratorio y vocal. Se puede dividir en región
externa, el apéndice nasal, y una región interna
constituida por dos cavidades principales (fosas nasales) que
están separadas entre si por el tabique vertical. Los
bordes de los orificios nasales están recubiertos de pelos
fuertes que atraviesan las aberturas y sirven para impedir el
paso de sustancias o partículas extrañas.
Las cavidades nasales son altas y profundas, y constituyen la
parte interna de la nariz. Se abren en la parte frontal por los
orificios nasales y, en el fondo, terminan en una abertura en
cada lado de la parte superior de la faringe. La región
olfativa de la nariz es la responsable del sentido del olfato, la
membrana mucosa es muy gruesa y adopta una coloración
amarilla.
Clasificación de las sensaciones olfativas:
Se puede decir que hay siete tipos de receptores existentes en
las células de la mucosa olfatoria. Las investigaciones
sobre el olfato señalan que las sustancias con olores
similares tienen moléculas del mismo tipo.
Estos tipos
son:
Alcanfor
Almizcle
Flores
Menta
Éter (líquido para limpieza en
seco)
Acre (avinagrado)
Podrido
Estudios recientes indican que la forma de las
moléculas que originan los olores determina la naturaleza del
olor de esas moléculas o sustancias. Se piensa que estas
moléculas se combinan con células
específicas de la nariz, o con compuestos químicos
que están dentro de esas células. La
captación de los olores es el primer paso de un proceso
que continúa con la transmisión del impulso a
través del nervio olfativo y acaba con la
percepción del olor por el cerebro.
Enfermedades del olfato y la nariz:
Resfriado: es una enfermedad infecciosa aguda del
tracto respiratorio, causada por cierto tipo de virus. Provoca
congestión, y evita el normal funcionamiento del olfato,
excesiva secreción nasal, dolor de garganta y
tos.
Rinitis: trastorno inflamatorio de la membrana mucosa
de la nariz. Se caracteriza por secreción nasal acuosa,
con congestión y dificultad para respirar por la
nariz.
Fiebre del heno: es una forma de rinitis estacional
causada por alergia al polen. Provoca ataques intensos de
estornudos, inflamación de la mucosa nasal y los ojos, y
respiración defectuosa.
Alergias nasales, irritación por la
respiración de contaminantes, etc.
6. El gusto
Esta facultad humana, entre otros animales, actúa
por contacto de sustancias solubles con la lengua. El ser
humano es capaz de percibir un amplio repertorio de sabores como
respuesta a la combinación de varios estímulos,
entre ellos textura, temperatura,
olor y gusto. Viéndolo de forma aislada el sentido del
gusto sólo percibe cuatro sabores: dulce, salado,
ácido y amargo.
La lengua:
Posee casi 10.000 papilas gustativas que están
distribuidas de forma desigual en la cara superior de esta. Por
lo general las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se
concentran en la punta de la lengua, las sensibles al
ácido ocupan los lados y las sensibles a lo amargo
están en la parte posterior.
La lengua es un órgano musculoso de la boca y es el
asiento principal del gusto y parte importantes en la
fonación, masticación y deglución de los
alimentos.
Está cubierta por una membrana mucosa y se extiende desde
el hueso hioides en la parte posterior de la boca hacia los
labios. El color de la lengua suele ser rosado. Su principal
función es la contención de los receptores
gustativos, que nos permiten degustar los alimentos.
También contribuye junto con los labios, los dientes y el
paladar duro, la articulación de las palabras y
sonidos.
Enfermedades del sentido del gusto:
Pérdida del sentido: para conservar este
sentido se debe de mantener una higiene bucal
adecuada, que se consigue con cepillos y
dentríficos.
Embotación de sensibilidad gustativa: cuando
se saborean sustancias muy ácidas o muy fuertes
(picantes, etc.)
Irritación de la mucosa lingual: ocurre por
exceso del humo del tabaco, provocando que disminuya la
percepción de los sabores.
Prevenir enfermedades como la caries en dientes y
muelas, periodontitis y/o gengivitis, en las
encías.
7. El tacto
El tacto, es otro de los cinco sentidos de los seres
humanos y de otros animales. A través del tacto, el cuerpo
percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos, etc.
Los seres humanos presentan terminaciones nerviosas
especializadas en la piel, que se llaman receptores del tacto.
Estos receptores se encuentran en la epidermis (capa más
externa de la piel) y transportan las sensaciones hacia el
cerebro a través de las fibras nerviosas. Hay sectores de
la piel que poseen mayor sensibilidad ya que el número de
receptores varía en toda la piel.
Los receptores del tacto están constituidos por los discos
de Merkel, que se subdividen en las siguientes
categorías:
Corpúsculos de Pacini: se ubican en la zona
profunda de la piel, sobre todo en los dedos de las manos y de
los pies. En general son poco abundantes. Detectan presiones y
deformaciones de la piel, y sus estímulos duran
poco.
Terminaciones Nerviosas libres: están en casi
todo el cuerpo y se especializan en sentir el
dolor.
Terminaciones nerviosas de los pelos: sensibles al
tacto. La mayoría de los pelos son de este
tipo.
Corpúsculo de Meissner: se encuentran en las
papilas dérmicas, abundantes en los extremos de los
dedos, los labios, la lengua, etc. Se ubican en la zona
superficial de la piel y se especializan por el tacto
fino.
Corpúsculos de Krause: presentes en la
superficie de la dermis y son sensibles al frío, se
ubican en especial en la lengua y en los órganos
sexuales.
Corpúsculo de Rufino: son poco numerosos,
alargados y profundos, son sensibles al calor.
La piel:
Es una parte muy importante del organismo que protege y cubre la
superficie del cuerpo. Contiene órganos especiales que
suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones como la
temperatura y dolor.
La piel posee, en un corte transversal, tres capas: la epidermis,
que es la que interviene principalmente en la función del
tacto, ya que es la más externa. La dermis, que es la capa
del medio y la capa subcutánea.
Enfermedades del tacto:
Urticaria: alteración alérgica de la
piel caracterizada por la aparición repentina o
reiterada de manchas, ronchas u otras manifestaciones. Por lo
general son como inflamaciones.
Psoriasis: Es una enfermedad crónica, se
caracteriza por la aparición de placas escamosas. Se
diferencia de la piel normal, ya que obtiene un color rojizo o
castaño, cubiertas por pequeñas escamas blancas.
Generalmente afecta las rodillas, el cuero cabelludo y el
pecho.
Dermatitis: es la inflamación de la piel o la
dermis. Los síntomas son enrojecimiento, dolor,
exudación de la zona afectada. Cuando se presenta por un
largo período, suele presentar ronchas, costras y mucha
sequedad de la piel. Su causa es por parásitos o
irritantes físicos o químicos.
Micosis: es una enfermedad producida por hongos, causa
mucha molestia porque genera mucha picazón e
irritación de la piel.
Onicomicosis: son las afecciones en las uñas,
sobre todo en las de los pies. Produce deformaciones por
engrosamiento y resquebrajamiento.
Dermatomicosis: se presenta entre los dedos,
produciendo grandes ampollas y grietas, se controla
rápidamente, pero suele salir nuevamente en
épocas calurosas y muy sudorosas. Para combatirlas se
emplean líquidos, pomadas, polvos y en algunos
casos medicamentos que se ingieren o inyectan.
También es recomendable usar zapatos ventilados y
cambiarse a diario los calcetines o medias.
organos delos sentidos
Sistema nervioso central
Esquema del Sistema Nervioso Central humano que es el más completo y
desconocido de todos con los que cuenta el cuerpo humano. Se compone de
dos partes: encéfalo (cerebro, cerebelo, tallo encefálico) y médula
espinal.1 Los colores son con fines didácticos.
El sistema nervioso central (SNC) está constituido por el encéfalo y la médula espinal. Están protegidos por tres membranas: duramadre (membrana externa), aracnoides (intermedia), piamadre (membrana interna) denominadas genéricamente meninges. Además, el encéfalo y la médula espinal están protegidos por envolturas óseas, que son el cráneo y la columna vertebral
respectivamente. Se trata de un sistema muy complejo, ya que se encarga
de percibir estímulos procedentes del mundo exterior así como
transmitir impulsos a nervios y a músculos instintivamente. Las
cavidades de estos órganos (ventrículos en el caso del encéfalo y conducto ependimario en el caso de la médula espinal) están llenas de un líquido incoloro y transparente, que recibe el nombre de líquido cefalorraquídeo.
Sus funciones son muy variadas: sirve como medio de intercambio de
determinadas sustancias, como sistema de eliminación de productos
residuales y para mantener el equilibrio iónico adecuado, transporta el
oxígeno y la glucosa desde la sangre hasta las neuronas y también es muy
importante como sistema amortiguador mecánico.
Las células que forman el sistema nervioso central se disponen de tal manera que dan lugar a dos formaciones muy características: la sustancia gris, constituida por el soma de las neuronas y sus dendritas, además de por fibras amielinicas., y la sustancia blanca, formada principalmente por las prolongaciones nerviosas (dendritas y axones),
cuya función es conducir la información, además de por fibras
mielínicas que son las que le confieren ese color que presentan. En
resumen, todos los animales cuyo cuerpo posee un sistema nervioso
central están dotados de mecanismos nerviosos encargados de recibir y
procesar las sensaciones recogidas por los diferentes sentidos y de
transmitir las órdenes de respuesta de forma precisa a los distintos
efectores. Y se puede decir que el sistema nervioso central es uno de
los más importantes de todos los sistemas que se encuentran en dichos
cuerpos.
Regeneración
Debido a la gran especialización de sus células, el sistema nervioso central no se va a regenerar2 o tiene muy limitada esa capacidad, en comparación con el sistema nervioso periférico.
Infecciones
El sistema nervioso central puede ser blanco de infecciones,
provenientes de cuatro vías de entrada principales, la diseminación por
la sangre
que es la vía más frecuente, la implantación directa del germen por
traumatismos o causas iatrogénicas, la extensión local secundaria a una
infección local y el propio sistema nervioso periférico, como ocurre en la rabia.
Al presentar cualquier infección de este tipo se necesita asistencia
urgente, en algunos casos se llegan a necesitar incluso emergencias
quirúrgicas.
Cerebritis
Es una inflamación focal del cerebro causado por procesos secundarios a una meningitis, por extensión local de lesiones en el oído medio o senos mastoides, por vía hematógena asociada a una endocarditis bacteriana, cardiopatías cianóticas congénitas y bronquiectasia
pulmonar o por traumatismo con lesión abierta del SNC. La cerebritis se
muestra como zonas de tumefacción mal delimitadas, congestión y aspecto
blando con posible necrosis. Los abscesos cerebrales muestran una cavidad redondeada de 1-2 cm, llena de pus y limitada por la gliosis.
Encefalitis y mielitis
Son procesos inflamatorios difusos agudos que producen muerte neuronal y tumefacción encefálica con acumulación perivascular de células linfoides y gliosis astrocítica. En la encefalitis viral existe un trofismo notable de algunos virus por ciertas células
específicas en las que la posibilidad de latencia de algunos virus es
importante en el sistema nerivioso central. Microscópicamente se notan
infiltrados perivasculares y parenquimatosos de células mononucleares como los linfocitos o células de la microglía.
Las infecciones micóticas producen vasculitis—como en el caso de la candida, mucorales y Aspergillus—meningitis crónica e invasión del parenquima, como el Cryptococcus neoformans—frecuentemente asociada al sida con carácter especialmente fuliminante.
Meningitis
Inflamación o infección de las meninges, bien sea leptomeningitis que es centrada en el espacio subaracnoideo, o paquimeningitis que es centrada en la duramadre. La meningitis infecciosa puede ser causada por bacterias en la meningitis piógena, puede ser aséptica en la meningitis viral y crónica.
La meningitis piógena es causada por bacterias que varían de acuerdo a la edad del individuo:
Recién nacidos: Escherichia coli, estreptococos y Listeria monocytogenes.
Lactantes y niños: Haemophylus influenzae y Neisseria meningitidis.
Adolescentes y adultos jóvenes: N. meningitidis y el neumococo.
Ancianos: el neumococo y L. monocytogenes.
Véase también: Neurosífilis
Enfermedades neurodegenerativas
Esclerosis múltiple: trastorno caracterizado por episodios discretos de déficit neurológico recurrentes con desmielinización por mecanismos autoinmunes o inmunitarios.
Aparece a cualquier edad, aunque es raro en la infancia o después de
los 50 años, afectando a mujeres en una proporción 2.1 en relación a los
hombres. La lesión se observa en el encéfalo y la médula espinal con un mayor riesgo—hasta 15 veces más elevado—si hay antecedentes familiares. Esta posible susceptibilidad genética parece favorecer una respuesta inmunitaria inadecuada frente a infecciones virales. Las lesiones se caracterizan por infiltrados de células B, células T y macrófagos. Las regiones de desmielinización por lo general se encuentran en los ángulos de los ventrículos laterales, en los pedúnculos y el tronco del encéfalo, causando debilidad de los miembros, visión borrosa o pérdida de la visión unilateral, incoordinación y sensibilidad anormal.
Enfermedad de Alzheimer: es la más frecuente de las enfermedades neurodegenerativas y la primera causa de demencia, de aparición esporádica, aunque entre un 5-10% son de carácter familiar y la incidencia aumenta con la edad, haciéndose mayor en personas de más de 85 años de edad. Se caracteriza por una falta de memoria progresiva por degeneración de la corteza, de asociación temporal y parietal causando también trastornos afectivos. El cerebro luce más pequeño y de menor peso con atrofia de las circunvoluciones y agrandamiento de los surcos en los hemisferios cerebrales y de los ventrículos compensando la pérdida encefálica. Bajo el microscopio se aprecia angiopatía amiloide cerebral, es decir depósitos en las arterias cerebrales de material amiloide, así como placas seniles que son colecciones focales esféricas de extensiones neuríticas dilatadas y tortuosas y nódulos u ovillos neurofibrilares con forma de llama que son haces de filamentos situados en el citoplasma de las neuronas que desplazan o rodean al núcleo celular.
Parkinsonismo: pertenecen al grupo de enfermedades neurovegetativas que afectan a los ganglios basales produciendo un trastorno del movimiento, apreciándose rigidez y lentitud en los movimientos voluntarios (bradicinesia) y temblor de reposo. La gravedad de la enfermedad depende de la pérdida de las células nerviosas de la sustancia negra mesencefálica que contienen neuromelanina. Se aprecia una hipopigmentación de la sustancia negra y del locus ceruleus con células dopaminérgicas que contienen melanina. Las células supervivientes de la sustancia negra contienen inclusiones intracitoplasmáticas llamadas cuerpos de Lewy.
Enfermedad de Huntington: un trastorno de movimientos de tipo coreiforme y demencia en pacientes entre 20-50 años con un factor genético de herencia autosómico dominante por un gen causante localizado en el brazo corto del cromosoma 4. Se atrofia el núcleo caudado y el putamen secundario a la pérdida celular y gliosis.oli
Tumores del sistema nervioso central
En general, la frecuencia de tumores
intracraneales está ente 10 y 17 por cada 100,000 habitantes y
aproximadamente 2 por cada 100,000 para tumores intramedulares.
Aproximadamente la mitad son tumores primarios y el resto son metastásicos,
afectando principalmente a personas jóvenes, representando cerca del
10% de las muertes de personas entre 15 y 35 años de edad. Los tumores
del SNC derivan de diversos tejidos, como los neuroepiteliales—astrocitos, oligodendrocitos, epéndimo, neuronas y células embrionaria—meníngeos y otros como los linfomas, quistes y tumores de la hipófisis.
Tumores neuroepiteliales
Son un grupo de tumores encefálicos primarios llamados gliomas.
Derivan de los astrocitos, oligodendrocitos, epéndimo, plexos
coroideos, neuronas y células embrionarias y por lo general, infiltran
difusamente el encéfalo adyacente, haciendo difícil su resección
quirúrgica.
Astrocitoma:
constituyen un 80% de los tumores cerebrales primarios del adulto, en
especial en la edad media avanzada. Cursa con convulsiones, cefalea y
cierto déficit neurológico focal. Se tratan, de ser posible, con
resección quirúrgica, quimioterapia y radioterapia con una supervivencia
media menor de 1 año. Se divide en cuatro grados:3
Grado I: Astrocitoma de bajo grado
Grado II: Astrocitoma propiamente dicho
Grado III: Astrocitoma anaplásico
Grado IV: Glioblastoma multiforme,
el más frecuente con una incidencia máxima a los 65 años
aproximadamente y crece principlamente en los hemisferios cerebrales. Es
el tumor más agresivo clínicamente entre los astrocitomas.
Astrocitoma pilocítico: aparece generalmente en el cerebelo
y en la edad de la infancia con un buen pronóstico después de su
extirpación. Tienden a ser lesiones quísticas, bien limitadas de células
bipolares con extensiones largas y finas en forma de cabellos.
Oligodendroglioma: constituyen 5-15% de los gliomas, frecuentes en la edad media que afectan los hemisferios cerebrales,3 en especial la sustancia blanca
con un buen pronóstico. Tienden a ser masas grices, bien delimitadas
conformadas por células de núcleo redondeado y citoplasma vacuolado o
teñido de rosa. En un 90% de los casos presentan calcificaciones con una
delicada red de capilares anastomosados. Producen crisis convulsivas.
Ependimoma,
tumor de las dos primeras décadas de la vida, constituye un 5-10% de
los tumores cerebrales primarios en este grupo etario. Habitualmente se
localizan en el sistema ventricular, especialmente el IV ventrículo y en
la médula espinal. Pueden producir hidrocefalia por obstrucción del IV ventrículo con mal pronóstico aunque el crecimiento tumoral es lento con frecuente disminación por el líquido cefalorraquídeo
(LCR). Tienden a ser masas sólidas o papilares difíciles de extirpar
por la cercanía al bulbo raquídeo y la protuberancia. Histológicamente
forman túbulos conocidos como rosetas ependimarias que constituyen un signo patognomónico.
Neuroblastoma: tumor muy raro y agresivo formadora de rosetas de Homer-Wright, una variedad histológica clásica de estos tumores.
Meduloblastoma:
son tumores embrionarios, que constituyen un 20% de los tumores
encefálicos localizado en la línea media del cerebelo y en el adulto son
de localización lateral con diseminación por el LCR. Son tumores
altamente maligno de mal pronóstico si no recibe tratamiento oportuno.
Tienden a ser radiosensible y, con extirpación logran una supervivencia a
5 año cercano al 75%. Son tumores que forman lesiones bien limitada de
color gricacea y friable, altamente celular con láminas de células
anaplásicas y núcleos redondeados o con forma de bastón y abundantes mitosis.
Tumores no-neuroepiteliales
Linfoma cerebral primario:
En aumento por asociación con sida. La mayoría de las lesiones son
células B, las de células T son excepcionales. Son lesiones agresivas
con mala respuesta a quimioterapia. Son tumores multifocales y mal deliminitada situados generalmente en la sustancia gris
profunda, sustancia blanca y corteza, con ocasional diseminación
periventricular. Mejor delimitados que los astrocitomas, presenta de necrosis central. Incluyen el linfoma de células grandes anaplásicos, células pequeñas no hendidas y sarcoma inmunoblástica.
Tumor de células germinales:
aparecen a lo largo de la línea media, región pineal y supracelar. Alta
incidencia en aciáticos. Mayormente en adolescentes y adultos jóvenes,
predominio en varones. El germinoma del SNC es el equivalente al seminoma. Diseminación a través del LCR. Tratamiento con quimioterapia y radioterapia.
Meningiomas: predominantemente benignos, derivan del células meningoteliales de la aracnoidea, con predominio en mujeres con relación 3:2. La localización más frecuente en convexidades cerebrales, duramadre que recubre la convexidad lateral, ala del esfenoide, surco olfatorio, silla turca y foramen magnum. En la médula espinal la relación es de 10:1 con predominio en mujeres. Son tumores de crecimiento lento con signos de hipertensión endocraneana. Estos tumores expresan a menudo receptores para la progesterona, por lo que durante el embarazo tienden a crecer con rapidez. Tienen un factor genético por deleción del brazo largo del cromosoma 22.
Son masas redondeadas con base en la duramadre y de consistencia
elástica que pueden infiltrar el hueso con engrsamiento óseo localizado.
Los meningiomas malignos son muy infrecuentes y pueden ser difíciles de
identificar.
Schwannoma, como lo indica su nombre, derivan de las células de Schwann,
apareciendo como lesiones encapsuladas, bien delimitadas formadas por
células alargadas con extensiones citoplasmáticas en fascículos con
moderada a alta celularidad con escasa matriz de estroma. Ocasionalmente
pueden ser más densos formando microquistes.
Neurofibromas,
aparecen de forma esporádica, pueden ser solitarios o múltiples
formando lesiones cutáneas en forma de nódulos, a veces
hiperpigmentadas.
Tumor maligno de la vaina de los nervios periféricos, por lo general
surgen de una transformación de un neurofibroma llamado plexiforme,
suelen ser sarcomas altamente malignos que recidivan y metastatizan. Se
tratan con extirpación quirúrgica y radioterapia. A mayor tamaño de la
lesión, peor tiende a ser el pronóstico.
la sangre
La sangre es un tejido fluido que circula por capilares, venas y arterias de todos los vertebrados e invertebrados. Su color rojo característico es debido a la presencia del pigmento hemoglobínico contenido en los eritrocitos.
Es un tipo de tejido conjuntivo especializado, con una matriz coloidal líquida y una constitución compleja. Tiene una fase sólida (elementos formes, que incluye a los leucocitos (o glóbulos blancos), los eritrocitos (o glóbulos rojos) y las plaquetas) y una fase líquida, representada por el plasma sanguíneo.
Su función principal es la logística de distribución e integración sistémica, cuya contención en los vasos sanguíneos (espacio vascular) admite su distribución (circulación sanguínea) hacia casi todo el cuerpo.
La sangre era denominada humor circulatorio en la antigua teoría grecoromana de los cuatro humores.
Composición de la sangre
Sangre circulando con aumento de 640X.
Como todo tejido, la sangre se compone de células y componentes extracelulares (su matriz extracelular). Estas dos fracciones tisulares vienen representadas por:
Los elementos formes —también llamados elementos figurados—: son elementos semisólidos (es decir, mitad líquidos y mitad sólidos) y particulados (corpúsculos) representados por células y componentes derivados de células.
El plasma sanguíneo: un fluido traslúcido y amarillento que
representa la matriz extracelular líquida en la que están suspendidos
los elementos formes.
Los elementos formes constituyen alrededor del 45% de la sangre. Tal magnitud porcentual se conoce con el nombre de hematocrito (fracción "celular"), adscribible casi en totalidad a la masa eritrocitaria. El otro 55% está representado por el plasma sanguíneo (fracción acelular).
Los elementos formes de la sangre son variados en tamaño, estructura y función, y se agrupan en:
Las células sanguíneas, que son los glóbulos blancos o leucocitos, células que "están de paso" por la sangre para cumplir su función en otros tejidos;
Los derivados celulares, que no son células estrictamente sino fragmentos celulares; están representados por los eritrocitos y las plaquetas; son los únicos componentes sanguíneos que cumplen sus funciones estrictamente dentro del espacio vascular.
Glóbulos rojos
Los glóbulos rojos (eritrocitos) están presentes en la sangre y transportan el oxígeno hacia el resto de las células del cuerpo.
Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos constituyen
aproximadamente el 96% de los elementos figurados. Su valor normal
(conteo) en la mujer promedio es de alrededor de 4.800.000, y en el
varón, de aproximadamente 5.400.000 hematíes por mm³ (o microlitro).
Estos corpúsculos carecen de núcleo y orgánulos (solo en mamíferos), por lo cual no pueden ser considerados estrictamente células. Contienen algunas vías enzimáticas y su citoplasma está ocupado casi en su totalidad por la hemoglobina, una proteína encargada de transportar oxígeno. El dióxido de carbono,
contrario a lo que piensa la mayoría de la gente, es transportado en la
sangre (libre disuelto 8%, como compuestos carbodinámicos 27%, y como bicarbonato, este último regula el pH en la sangre). En la membrana plasmática de los eritrocitos están las glucoproteínas (CDs) que definen a los distintos grupos sanguíneos y otros identificadores celulares.
Los eritrocitos tienen forma de disco, bicóncavo, deprimido en el
centro; esta forma aumenta la superficie efectiva de la membrana. Los
glóbulos rojos maduros carecen de núcleo, porque lo expulsan en la médula ósea antes de entrar en el torrente sanguíneo (esto no ocurre en aves, anfibios y ciertos animales). Los eritrocitos en humanos adultos se forman en la médula ósea.
Hemoglobina
La hemoglobina —contenida exclusivamente en los glóbulos rojos— es un pigmento, una proteína conjugada que contiene el grupo “hemo”. También transporta el dióxido de carbono, la mayor parte del cual se encuentra disuelto en el eritrocito y en menor proporción en el plasma.
Los niveles normales de hemoglobina están entre los 12 y 18 g/dl
de sangre, y esta cantidad es proporcional a la cantidad y calidad de
hematíes (masa eritrocitaria). Constituye el 90% de los eritrocitos y,
como pigmento, otorga su color característico, rojo, aunque esto sólo
ocurre cuando el glóbulo rojo está cargado de oxígeno.
Tras una vida media de 120 días, los eritrocitos son destruidos y extraídos de la sangre por el bazo, el hígado y la médula ósea, donde la hemoglobina se degrada en bilirrubina y el hierro es reciclado para formar nueva hemoglobina.
Glóbulos blancos
Sangre circulando con posible glóbulo blanco arriba a la derecha. Aumento de X1024. M.óptico.
Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de los efectores celulares del sistema inmunitario,
y son células con capacidad migratoria que utilizan la sangre como
vehículo para tener acceso a diferentes partes de la anatomía. Los
leucocitos son los encargados de destruir los agentes infecciosos y las células infectadas, y también segregan sustancias protectoras como los anticuerpos, que combaten a las infecciones.
El conteo normal de leucocitos está dentro de un rango de 4.500 y 11.500 células por mm³ (o microlitro) de sangre, variable según las condiciones fisiológicas (embarazo, estrés,
deporte, edad, etc.) y patológicas (infección, cáncer, inmunosupresión,
aplasia, etc.). El recuento porcentual de los diferentes tipos de
leucocitos se conoce como "fórmula leucocitaria" (ver Hemograma, más adelante).
Según las características microscópicas de su citoplasma (tintoriales) y su núcleo (morfología), se dividen en:
Los granulocitos o células polimorfonucleares:
son los neutrófilos, basófilos y eosinófilos; poseen un núcleo
polimorfo y numerosos gránulos en su citoplasma, con tinción diferencial
según los tipos celulares.
Los agranulocitos o células monomorfonucleares: son los linfocitos y los monocitos; carecen de gránulos en el citoplasma y tienen un núcleo redondeado.
Granulocitos o células polimorfonucleares
Neutrófilos,
presentes en sangre entre 2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más
numerosos, ocupando entre un 55% y un 70% de los leucocitos. Se tiñen
pálidamente, de ahí su nombre. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas (bacterias,
agentes externos, etc.) que entran en el organismo. En situaciones de
infección o inflamación su número aumenta en la sangre. Su núcleo
característico posee de 3 a 5 lóbulos separados por finas hebras de
cromatina, por lo cual antes se los denominaba "polimorfonucleares" o
simplemente "polinucleares", denominación errónea.
Basófilos:
se cuentan de 0,1 a 1,5 células por mm³ en sangre, comprendiendo un
0,2-1,2% de los glóbulos blancos. Presentan una tinción basófila, lo que
los define. Segregan sustancias como la heparina, de propiedades anticoagulantes, y la histamina que contribuyen con el proceso de la inflamación. Poseen un núcleo a menudo cubierto por los gránulos de secreción.
Eosinófilos:
presentes en la sangre de 50 a 500 células por mm³ (1-4% de los
leucocitos) Aumentan en enfermedades producidas por parásitos, en las
alergias y en el asma. Su núcleo, característico, posee dos lóbulos
unidos por una fina hebra de cromatina, y por ello también se las llama
"células en forma de antifaz".
Agranulocitos o células monomorfonucleares
Monocitos:
Conteo normal entre 150 y 900 células por mm³ (2% a 8% del total de
glóbulos blancos). Esta cifra se eleva casi siempre por infecciones
originadas por virus o parásitos. También en algunos tumores o
leucemias. Son células con núcleo definido y con forma de riñón. En los
tejidos se diferencian hacia macrófagos o histiocitos.
Linfocitos: valor normal entre 1.300 y 4000 por mm³ (24% a 32% del total de
glóbulos blancos). Su número aumenta sobre todo en infecciones virales,
aunque también en enfermedades neoplásicas
(cáncer) y pueden disminuir en inmunodeficiencias. Los linfocitos son
los efectores específicos del sistema inmunitario, ejerciendo la
inmunidad adquirida celular y humoral. Hay dos tipos de linfocitos, los
linfocitos B y los linfocitos T.
Los linfocitos B están encargados de la inmunidad humoral,
esto es, la secreción de anticuerpos (sustancias que reconocen las
bacterias y se unen a ellas y permiten su fagocitocis y destrucción).
Los granulocitos y los monocitos pueden reconocer mejor y destruir a las
bacterias cuando los anticuerpos están unidos a éstas (opsonización).
Son también las células responsables de la producción de unos
componentes del suero de la sangre, denominados inmunoglobulinas.
Los linfocitos T reconocen a las células infectadas por los
virus y las destruyen con ayuda de los macrófagos. Estos linfocitos
amplifican o suprimen la respuesta inmunológica global, regulando a los
otros componentes del sistema inmunitario, y segregan gran variedad de citoquinas. Constituyen el 70% de todos los linfocitos.
Tanto los linfocitos T como los B tienen la capacidad de "recordar"
una exposición previa a un antígeno específico, así cuando haya una
nueva exposición a él, la acción del sistema inmunitario será más
eficaz.
Plaquetas.
Las plaquetas (trombocitos)
son fragmentos celulares pequeños (2-3 μm de diámetro), ovales y sin
núcleo. Se producen en la médula ósea a partir de la fragmentación del
citoplasma de los megacariocitos
quedando libres en la circulación sanguínea. Su valor cuantitativo
normal se encuentra entre 150.000 y 450.000 plaquetas por mm³ (en España, por ejemplo, el valor medio es de 226.000 por microlitro con una desviación estándar de 46.0001 ).
Las plaquetas sirven para taponar las lesiones que pudieran afectar a los vasos sanguíneos. En el proceso de coagulación
(hemostasia), las plaquetas contribuyen a la formación de los coágulos
(trombos), así son las responsables del cierre de las heridas
vasculares. (Ver trombosis). Una gota de sangre contiene alrededor de 250.000 plaquetas.
Su función es coagular la sangre, las plaquetas son las células más
pequeñas de la sangre, cuando se rompe un vaso circulatorio ellas vienen
y rodean la herida para disminuir el tamaño para evitar el sangrado.
El fibrinogeno se transforma en unos hilos pegajosos y con las
plaquetas forman una red para atrapar los glóbulos rojos que se coagula y
forma una costra para evitar la hemorragia.
Plasma sanguíneo
El plasma sanguíneo es la porción líquida de la sangre en la que
están inmersos los elementos formes. Es el mayor componente de la
sangre, siendo un 55% del volumen total de la sangre, con unos 40-50 mL/kg
peso. Es salado y de color amarillento traslúcido. Además de
transportar las células de la sangre, lleva los alimentos y las
sustancias de desecho recogidas de las células.
El plasma sanguíneo es esencialmente una solución acuosa,
ligeramente más denso que el agua, con un 91% agua, un 8% de proteínas y
algunas trazas de otros materiales. El plasma es una mezcla de muchas
proteínas vitales, aminoácidos, glúcidos, lípidos, sales, hormonas, enzimas, anticuerpos, urea, gases en disolución y sustancias inorgánicas como sodio, potasio, cloruro de calcio, carbonato y bicarbonato.
Entre estas proteínas están: fibrógeno (para la coagulación),
globulinas (regulan el contenido del agua en la célula, forman
anticuerpos contra enfermedades infecciosas), albúminas (ejercen presión
osmótica para distribuir el agua entre el plasma y los líquidos del
cuerpo) y lipoproteínas (amortiguan los cambios de pH de la sangre y de
las células y hacen que la sangre sea más viscosa que el agua). Otras
proteínas plasmáticas importantes actúan como transportadores hasta los
tejidos de nutrientes esenciales como el cobre, el hierro, otros metales
y diversas hormonas. Los componentes del plasma se forman en el hígado
(albúmina y fibrógeno), las glándulas endocrinas (hormonas), y otros en
el intestino.
Cuando se coagula la sangre y se consumen los factores de la coagulación, la fracción fluida que queda se denomina suero sanguíneo.
Tipos de sangre
Hay 4 grupos sanguíneos básicos:
Grupo A con antígenos A en los glóbulos rojos y anticuerpos anti-B en el plasma.
Grupo B con antígenos B en los glóbulos rojos y anticuerpos anti-A en el plasma.
Grupo AB con antígenos A y B en los glóbulos rojos y sin los
anticuerpos anti-A ni anti-B en el plasma. Este grupo se conoce como
"receptor universal de sangre", ya que puede recibir sangre de cualquier
grupo pero no puede donar mas que a los de su propio tipo.
Grupo O sin antígenos A ni B en los glóbulos rojos y con los
anticuerpos anti-A y anti-B en el plasma.Este grupo se conoce como
"donador universal de sangre", ya que puede donar sangre a cualquier
grupo pero no puede recibir mas que de su propio tipo.
Además existen otros 32 tipos mucho más raros.2
Existe otra clasificación numérica, que se encuentra en desuso:
O = 1
A = 2
B = 3
AB = 4
Entre los grupos sanguíneos de mayor compatibilidad se encuentra el
grupo "AB" , que tiene compatibilidad con todos los tipos de sangre
(negativos y positivos), mientras que el grupo "0-" tiene compatibilidad
solo con los de su mismo tipo de sangre.
Si a una persona con un tipo de sangre se le transfunde sangre de
otro tipo puede enfermar gravemente e incluso morir, ya que los grupos
sanguíneos se clasifican según una franja llamada aglutinógeno que
existe alrededor de los eritrocitos en su capa citoplasmática, que si
capta un grupo extraño de sangre se puede destruir, lo que produce la
destrucción del eritrocito generando una reacción en cadena. Por lo que
los hospitales tratan de hallar siempre sangre compatible con el tipo
que la del paciente, en los bancos de sangre.
Circulación de la sangre
La función principal de la circulación es el transporte de sustancias vehiculizadas mediante la sangre para que un organismo realice sus actividades vitales.
En el hombre está formado por:
El corazón:órgano
musculoso situado en la cavidad torácica, entre los dos pulmones. Su
forma es cónica, algo aplanado, con la base dirigida hacia arriba, a la
derecha, y la punta hacia abajo, a la izquierda, terminando en el 5º
espacio intercostal.5
Arterias: las arterias están hechas de tres capas de tejido, uno muscular en el medio y una capa interna de tejido epitelial.
Capilares:
los capilares están embebidos en los tejidos, permitiendo además el
intercambio de gases dentro del tejido. Los capilares son muy delgados y
frágiles, teniendo solo el espesor de una capa epitelial.
Venas:
las venas transportan sangre a más baja presión que las arterias, no
siendo tan fuerte como ellas. La sangre es entregada a las venas por los
capilares después que el intercambio entre el oxígeno y el dióxido de carbono ha tenido lugar. Las venas transportan sangre rica en residuos de vuelta al corazón y a los pulmones.
Las venas tienen en su interior válvulas que aseguran que la sangre con
baja presión se mueva siempre en la dirección correcta, hacia el
corazón, sin permitir que retroceda. La sangre rica en residuos retorna
al corazón y luego todo el proceso se repite.
Enfermedades de la sangre
La Hematología
es la especialidad médica que se dedica al estudio de la sangre y sus
afecciones relacionadas. El siguiente es un esquema general de
agrupación de las diversas enfermedades de la sangre:
Enfermedades del sistema eritrocitario
Enfermedades del sistema leucocitario
Enfermedades de la hemostasia
Hemopatías malignas (leucemias/linfomas, discrasias y otros)
Las enfermedades de la sangre básicamente, pueden afectar elementos
celulares (eritrocitos, plaquetas y leucocitos), plasmáticos
(inmunoglobulinas, factores hemostáticos), órganos hematopoyéticos
(médula ósea) y órganos linfoides (ganglios linfáticos y bazo). Debido a
las diversas funciones que los componentes sanguíneos cumplen, sus
trastornos darán lugar a una serie de manifestaciones que pueden
englobarse en diversos síndromes.
Los síndromes hematológicos principales: